lunes, 8 de septiembre de 2014

Cancionero: Tengo








TENGO

(canción)



Tengo lleno de nostalgia todo lo que siento

siento que en todas las cosas te has quedado tú

y cuando vuelvo a pensar en el tiempo que vamos a estar

distantes

se me hace más insoportable

la necesidad

de ti.



Tengo todo lo que quiero puesto en tu recuerdo

pero el tiempo, la ausencia, la duda

me inspiran temor.



Tengo deseoso el sentimiento

y es preciso que respondas


si espero.




"Tengo" fue compuesta en 1957. Es una canción concebida para cantarse ad libitum, es decir, a gusto, sin sujeción a marca de ritmo alguno, El hilo de su argumento es quien manda sobre los caminos que va tomando la parte musical.  Se trata de una angustiosa sensación de incertidumbre y a ello se debe que no comience ni recaiga con frecuencia en lo que podríamos llamar su centro tonal. Ella viene siendo la conclusión de un análisis que debe haber tenido lugar antes de que la duda que la mueve y justifica se hiciera sonido musical con melodía agarrada al texto, con armonías que les van dando sentido a ambos. 


No es necesario conocer la técnica musical para tomarle el pulso a esa corriente que impulsa o estanca la parte sentimental o percibir la tensión de esa cuerda que ordena y amarra lo que se piensa y razona. Ese no sé qué , cómplice de los silencios, esa rara sintaxis del espíritu, es la llamada armonía. Nada más lejos de mí que la posesión de conocimiento teórico alguno cuando mi mente concibió esa pieza. Al igual que muchas otras mías y, por  razones similares (entre ellas su contemporánea, el bolero No te empeñes más o la canción Como un río, de 1968) pudiéramos decir que el discurso musical entra de lado,  haciendo giros o dando vueltas de carnero; no entra dando los buenos días o las buenas tardes y, cuando se retira, deja la puerta abierta con esa frase final: “es preciso que respondas tú si espero”, agredida más de una vez por el empecinado mecanicismo de algunos intérpretes cuando enarbolan ese ordeno y mando alejado de las cosas del alma, que convierte la interrogante “es preciso que respondas tú si espero” en el imperativo “es preciso que respondas tú: ¡sí, espero!” que lo ha desvirtuado más de una vez en grabaciones y convertido en pasto de cultivo para una cadena interminable de versiones que no he sido capaz de escuchar más de una vez y -mucho menos-mostrar a otros.


En la etapa de mi discografía que va desde el año 2000 al 2013, esta canción resultó, después de Llora, la más solicitada para entrar al mundo de las grabaciones. Con verdadera gratitud a la vida y a los intérpretes cuya versión he seleccionado para ilustrarla, estoy compartiendola aquí. Pueden hallarla en el fonograma Derramando luz, de 2013, en la voz de Gema Corredera y el piano de Gonzalo Rubalcaba.


Memorias de mis 80


Con motivo de mi cumpleaños 80, algunos colegas, amigos, instituciones y espacios culturales,  programaron, estos encuentros:



---Sábado 28 de junio, 1p.m. en el Centro Hispanoamericano de Cultura, un  panel organizado por la musicóloga Alicia Valdés, como parte del evento teórico del Festival Boleros de Oro, a cargo del poeta Roberto Méndez y el crítico Pedro de la Hoz  Al cierre, un regalo musical: la actuación de la cantante Ivette Cepeda y el guitarrista José Luis Beltrán, interpretando tres de mis clásicos.




---Sábado 12 de julio, 11 a.m. Sábado del Libro en la calle de madera frente a la Plaza de Armas. Ediciones Unión presenta mi libro Palabras, una selección de 40 escritos publicados, entre 2009 y 2011, en mi columna dominical de Cubadebate. 







Palabras introductorias a cargo de Olga Marta Pérez, editora del volumen, y de la periodista y autora del prólogo Rosa Miriam Elizalde.  Auspició  el Instituto Cubano del Libro. 






Con motivo de esta edición, la escritora Laidi Fernández de Juan me regaló dos hermosos textos. Uno de ellos, fue publicado en la Jiribilla y el otro, aún inédito, pueden leerlo a continuación: 


HABLANDO DE BUENOS LIBROS, PALABRAS.

L.F.J.


No hay que ser musicólogo, concertista ni melómano para identificar un buen libro acerca de los creadores de la más fuerte expresión cultural cubana: la música. Y si, además del interés que despierta conocer anécdotas, orígenes, fragmentos biográficos e incluso letras de canciones, todo está contado por una gran compositora como Marta Valdés, entonces aceptamos estar en presencia de una verdadera joya.

 Palabras (Ediciones UNIÓN, 2013), cuya labor editorial estuvo a cargo de la Directora de dicha institución, la escritora Olga Marta Pérez, se encuentra ahora mismo a disposición del público, en la librería de Villa Manuela y en la Feria Arte en La Rampa, del Pabellón Cuba. Con prólogo de la periodista Rosa Miriam Elizalde, el libro incluye textos con los cuales Marta sostiene (más bien ilumina) una columna en Cubadebate, nombrada igual que su canción más difundida.

Todavía resulta pasmoso el dato que durante tanto tiempo ha mantenido perplejos a los especialistas: Palabras fue compuesta cuando la Valdés apenas entraba en su segunda década de vida, que ya arribó a la octava, para suerte de quienes disfrutamos de sus maravillosas canciones, entre las cuales sobresalen, además, Tú no sospechas, No te empeñes más, En la imaginación, Tengo. Múltiples han sido los intérpretes que han escogido composiciones suyas para convertirlas en himnos simbólicos de varias generaciones, y ha de añadirse que en todos los casos, ha sido la calidad interpretativa lo que ha primado, sin desdeñar el especial afecto que dichos artistas sintieron por la autora original de las canciones, que terminaron por ser famosas en el mundo entero. Aparecen en el libro, como dulces presencias que acompañan a Marta (y gracias a su generosidad, también  a nosotros), los relativamente ausentes Fernando Álvarez, Bola de Nieve, Elena Burke, Fredesvinda o Freddy, Doris de la Torre, y los presentes Omara Portuondo, Miriam Ramos, Pablo Milanés, Gema Corredera, asi como otras grandes figuras, imprescindibles en el panorama musical de Cuba. No podían faltar Silvio Rodríguez, Sara González, Teresita Fernández, Adolfo Guzmán, Sindo Garay, Duchesne Cuzán, Vicentico Valdés, César Portillo, Emiliano Salvador, Bebo y Chucho Valdés, Enriqueta Almanza y en fin, es extensa la lista de grandes figuras, a quienes Marta reverencia en sus Palabras. Si se desea de manera rápida hojear el inmenso álbum de nuestra expresión cultural más arraigada, basta con recorrer las 269 cuartillas que, reunidas según la fecha en que fueron escritas (entre los años 2009 y 20012), dejan constancia del origen del movimiento musical cubano, hasta llegar a la actualidad.

A pesar de que el cuaderno contiene elementos más que suficientes para ser considerado excepcional, dada la memoria histórica que representa y el valor consultivo que ofrece, no se limita a la remembranza del pasado, sino que se introduce en los vericuetos del presente, hasta completar una auténtica radiografía de la música cubana. Mostrando una humildad infrecuente entre nosotros, Marta reseña eventos actuales, promueve nuevas generaciones de músicos, comenta libros ajenos, y estimula asi la continuidad del estudio musicológico cubano, como verdadero instrumento que garantice la permanencia de las mejores tradiciones, y su enlace con la producción actual. Encontraremos aquí desde el Festival Longina hasta comentarios a Testimonios, de Amadeo Roldán, a Cancionero, de Silvio Rodríguez, a Móviles y otras músicas, de Leonardo Acosta, entre otros libros valiosos.

Por añadidura, la autora emplea expresiones delicadas, produce literatura a partir de sus recuerdos y sus valoraciones, sin descuidar nunca un uso perfeccionista del lenguaje, lo cual la convierte, también, en notable escritora, porque no se limita a la composición de melodías: el canto de Vicentico Valdés cortaba el viento y se nos encajaba en el oído de una manera nunca antes conocida, después de haber trepado por el balcón desde la victrola.(p.175)

Me gustaría cerrar este breve comentario con palabras de Palabras, que encierran en sí mismas la esencia de lo que la autora llama la frondosa historia de la música cubana: Todo lo que es memorable, se halla instalado en esa brújula multidimensional que el tiempo de vida nos confía. Nadie está olvidado; todo lo inolvidable –digo, lo memorable- espera por un giro del corazón hacia otros tiempos más o menos próximos, más o menos lejanos.(p. 179)

Convencida de que este libro espléndido pondrá a girar a más de un corazón, insto su lectura, que ofrece la posibilidad del sagrado deber de hacer memoria.


Julio, 2014. 


La muestra más elocuente de lo que sucedió esa mañana en la calle de madera, pueden ser estas fotos tomadas por Lena Rodríguez Duchesne.






---Domingo 13 de julio, 4 p.m. presentación del libro Palabras en el espacio El Jardín de la Gorda que dirige la artista Diana Balboa (Casa de la Décima, calle a entre 25 y 27, El Vedado). Honramos y recordamos a la inolvidable Sara González en su fecha de cumpleaños en compañía de los fieles asiduos. Actuaron Vicente Feliú, Ángel Quintero, Pepe Ordás, Augusto Blanca, Eduardo Sosa, el Dúo Jade, Annie Garcés y José Manuel Ordás, encabezados por los anfitriones Marta Campos y la Sara Banda.   



---Sábado 19 de julio, 3 p.m., Sala Villena de la UNEAC (17 y H, El Vedado) La Bella Cubana, espacio fundado y dirigido por la musicóloga Alicia Valdés, estuvo dedicado a mi vida y obra. Actuaron el Dúo Jade, el guitarrista Rey Ugarte con un dúo de talentosos estudiantes y un selecto grupo de jóvenes cantantes líricos.



--- Por si fuera poco, publicaron hermosísimos trabajos con motivo de esta conmemoración, los queridos Norge Espinosa, Joaquín Borges Triana, Víctor Casaus, Guille Vilar, Rubén Darío Salazar  y Darsi Fernández. Copio, a continuación, poemas que recibí como regalo de Gerardo Fulleda León y Arístides Vega Chapú.



Fruto deshojado

                                                           Para Marta Valdés

Desde esa habitación de tres por cuatro

donde reinábamos en la calla Concha

nadie ha vuelto a mirarme como me mirabas.



Apenas el soplo del invierno

derrota la nostalgia con el tibio

 fragor del ausente aliento.

¿Cómo era madre mía, cómo?



Palabras, palabras y palabras

Solo el eco de la victrola

una y otra vez

desde el bar de la esquina

brotando del diamante

resuena en la caverna del pecho.



¿Cómo se ha borrado todo?



Aromas, delirios y ritos

tal fruto deshojado

arrojado al estercolero.



Solo el mensaje de palabras

como una, aun, supurante llaga.



G.F.L.2013.






De la patria el grito        

A Marta Valdés, en sus ochenta cumpleaños.



Pedí nacer bajo una palma movida por un manatí,

aceitosa piel a la que se adhieren las raíces

que en su insolente crecida se afianzan en las aguas

hasta convertirlo en una piedra.

Por el aire de la montaña aúlla la tierra movediza

sobre la que he vivido.

El ojo del gallo reconoce a las aves nocturnas,

en su destellante brillo muestra la jerarquía de su poder.

Vienen los hombres y sus mujeres en procesión

a lavarse las manos

en el agua bendecida por la Caridad del Cobre

y en la que encuentra su equilibrio la piedra

mellada por un sol arrogante.

Han salido del laberinto boscoso,

con sus cabezas adornadas con plumas de las cotorras

para solo hundir sus manos en la luz de esa agua milagrosa

en la que colocan cuatro espejos, a cada lado del muro de agua

y se lamentan,  se persignan y luego danzan

entre los jazmines crecidos a orillas del arrecife.

Del otro lado los patos se sumergen y luego se sacuden

como si no soportasen el peso de sus plumas mojadas

cubriendo de espesa espuma el infinito.

Un delfín ahuyenta con su algazara a los pelícanos

y las nubes descienden a ras del agua

provocando a su paso la caída de unos cocos.

Las vacas se adhieren al moho de la tierra húmeda

en que crece abundante su pasto.

Su helada mirada se fija en quien tantea sus ubres

para adueñarse de su espesa leche.

Es de madrugada y no hay testigos ni otra luz

que el líquido resplandor de una luna menguante.

Las hojas más oscuras coronan mi cabeza,

he venido a enterrar a mis muertos,

he venido arrastrando el peso de mi dolor

y las hojas que caen cubren los cuerpos para siempre.

Al paso de toda la noche bebo una tizana

me distrae el salto de los grillos por sobre la caña santa.

La vetusta agua del río se desboca sendero abajo,

la recorren los remeros atentos a las nubes raudas, en silencio

para no espantar a los peces.

Atentos a la aparición de los cocodrilos

provistos de un hambre ancestral,

sin dejar de observar el mollar del cielo

para no perder el sentido de orientación.

Bajo la palma he permanecido todo este tiempo.

me han aguijoneado varios insecto, me han mordido animales

por el placer de disfrutar de un rostro adolorido.

Se ha desvanecido sobre mí el peso de la lluvia

herrumbrosa del mal tiempo.

He visto las deliciosas frutas,  frotadas por el viento

hasta dejarlas brillosas,

colgadas de árboles tan empinados

que no me ha sido posible alcanzarlas.

Más de una noche el insistente canto del grillo me ha perturbado el sueño.

Más de una vez he sentido el vértigo de andar sobre un manatí.

No siempre me protege la reducida sombra de la palma.

pero pedí nacer bajo ella y no me arrepiento.



Arístides Vega Chapú,

6 de julio del 2014


Agradezco de todo corazón cada mensaje, cada muestra de respeto y afecto recibidos en el curso de este verano inolvidable de 2014.

El VI Festival Leo Brouwer se ha sumado a los festejos por mis 80 años de vida, propiciando la presentación, en concierto, del trabajo discográfico PALABRAS / Haydée Milanés canta a Marta Valdés, fruto de una acuciosa y sensible labor de la intérprete a favor de la mejor apreciación de mi legado. El concierto tendrá lugar el 2 de octubre en el Teatro Mella.